Sunday, September 03, 2006

en kyoto






Un argentino en Kyoto


Hay fue el día mas fuerte que he vivido como amante de la cerámica.Y los que me conocen que mas que amante soy enfermo de dicho proceso, arte oficio técnica etc, etc…
Estoy haciendo un curso de tres meses acá en Japón con una beca de una agencia Japonesa de cooperación internacional. Hoy domingo me levante con un sentimiento de que me tenía ir a Kyoto y no sabia por que.
Que no ir a Kyoto era perder el tiempo esa era la sensación. Así que me levante a las 7 de la mañana, chequie mails, desayune pollo frito y ensalada ( cosa que me esta empezando a gustar!!!!). Y partí para Kyoto city.
Mire mis apuntes de lugares donde tenía que ir en esta hermosa ciudad conocida como la roma de Japón debidita a sus más de 1000 sitios de interés histórico-arqueológico-religioso-artístico.
Es un mundo. Y en cada cuadra hay un templo, ya sean budistas como sintoístas.
De toda la lista de sitios, que era muy larga, elegí por nombre y por intuición, además de que el nombre me era conocido, no me fue mal para nada.
Decidí ir al museo RAKU, es la casa taller de mas de 400 anos de la familia de ceramistas japoneses que se hicieron famosos por sus tasas para la ceremonia del te y por la técnica que adoptaron hace casi 100 años los occidentales de una reducción y un enfriamiento muy violentos, de exclusivamente tasas para la ceremonia del te.
Tome bus, tren, bus. Pregunte
Y llegue a una callecita de no mas de 4 metros de ancho en y en una esquina un cartelito que decía, en japonés (taller de vasijas para ceremonia del te) y RAKU MUSEUM.
Entre y obviamente me invitaron a sacarme los zapatos y a ponerme unas pantuflas que eran 3 talles mas pequeñas que mi pie.
Allí encontré tres pequeñas salas con vasos de todas y cada una de las generaciones de ceramistas de esta familia. Destaco de la visita el hecho que decían que los padres no enseñaban a sus hijos las formulas o recetas de sus esmaltes, por que creían y creen en que es mejor que cada uno investigue y crea sus propios esmaltes. Me pareció fantástico
E imitable. No el espirita de no compartir sino la investigación propia como hecho creativo en si.
Luego de ver la muestra (fantástica por si lo dudaban) me acerque a la puerta a comprar un catalogo del museo y la señora me dijo que hoy era un día especial y que el maestro iba a dar una clase para el publico como, lo hace solo dos veces al año.
Si esa era la sensación que tenia la Manama, yo ya lo ”sabia”, mi cuerpo me lo estaba diciendo y yo no sabia reconocer el mensaje.
Si conocí al quinceavo en la generación de los RAKU, el maestro Raku Kichizaemon XV, de de 57 anos y flaco de estatura media y con una mirada tranquila. Estaba vestido con jeans y una camisa. La clase era par un publico especial estaba preparada para chicos de menos de 10 anos de las cercanías del museo.
Nos mostró un video de la técnica, que es bastante diferente a la técnica de “raku-occidental” al actual estamos acostumbrados los argentinos. Ya que era a leña y carbón vegetal con ayuda de un fuelle de madera, y con una caseta esférica de 30 centímetros de diámetro. Y cocinaba las piezas de a una con ayuda de como 6 ayudantes todos vestidos con ropas tradicionales y con la boca cubierta con un pañuelo para cubrirse de los gases.
Luego modelo unas piezas a mano y los niños (no más de 10) hicieron las suyas.
Siempre tranquilo y sin hacer mucho aspaviento luego pude hablar con el un una mezcla de japonés, inglés, castellano e italiano (ya que el estudio en Roma 2 años). Me contó detalles de la técnico y de que la cerámica en Japón es muy importante pero que el ve que las futuras generaciones no están tan cerca de estas actividades. Y que por eso el hacia estas clases. Me autografió los libros nos saludamos y se fue a comer a su casa que se encuentra al lado del museo. Yo me fui caminando por las callecitas de Kyoto medio sin entender lo que había pasado camine unas cuadras y me metí en un restorancito a comer una sopa arroz con camarones.


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